jueves, 17 de marzo de 2011

Hoy, viajando en un ómnibus, vi una hermosa muchacha con cabello de oro, y expresión de alegría; envidie su hermosura. Al bajarse, la vi cojear... tenía solo una pierna, y apoyada en su muleta, sonreía.
Y todavía ME QUEJO. TENGO DOS PIERNAS, Y, ¡EL MUNDO ES MIO!
Fui después a comprar unos dulces. Me atendió un muchacho encantador. Hable con el; parecía tan contento, que aunque se me hubiera hecho tarde, no me hubiera importado, ya que al salir, oí que decía: Gracias por charlar conmigo... es Usted tan amable, es un placer hablar con gente como usted... ya ve, soy ciego...
Y todavía ME QUEJO. YO PUEDO VER, Y, ¡EL  MUNDO  ES MIO!
Mas tarde, caminando por la calle, vi a un pequeño de ojos azules, que miraba jugar a otros niños, sin saber que hacer. Me acerque y  le pregunte: Porque no juegas con ellos? Siguió mirando hacia adelante sin decir una palabra: entonces comprendí que no escuchaba.
Y Todavía  CUANDO ME QUEJO. YO PUEDO ESCUCHAR, Y, EL MUNDO ES MIO
Tengo piernas para ir a donde quiero
Ojos, para ver los colores del atardecer...
Oídos para escuchar las cosas que me dicen.
Y ME QUEJO…. SI LO TENGO TODO, Y, ¡EL MUNDO ES MIO!
Comprendamos y valoremos el valor y la entereza de quienes aún con discapacidad tiene una sonrisa siempre en los labios para nosotros y el mundo. Y, por favor, no se queje y aprenda de los grandes.


Escribe. Yirmara Torres
Locutor Tony Medina           

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